Esta es la persona con el mejor sueldo del mundo
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El negocio de los fondos de alto riesgo o hedge funds es un mundo de excesos. Grandes operaciones suceden a sonoros fracasos y viceversa. Uno de los mayores ejemplos de este ecosistema pendular es Citadel, la gestora fundada y dirigida por Kenneth Griffin. En 2008 estuvo al borde de la quiebra. La crisis financiera provocó que sus fondos perdieran cerca de 8.000 millones de dólares en solo cuatro meses. A la desesperada, Griffin prohibió a los inversores que retirasen su dinero durante 10 meses. Una medida audaz y polémica que le permitió ganar tiempo y esquivar la extremaunción. Ocho años después Citadel ha multiplicado los activos bajo gestión —administra 26.000 millones— y Griffin es el profesional mejor pagado del mundo con una retribución en 2015 de 1.700 millones de dólares, según la publicación especializada Institutional Investor’s Alpha.
“No anticipé el colapso del sistema financiero. Simplemente no vi lo que se venía encima. Jamás podía pensar que los bancos solo sobrevivirían gracias a la inyección de capital público. Desde entonces tuve que luchar a contracorriente. Me costó tres años y 17 días recuperar las pérdidas en las que incurrí en apenas 16 semanas”, recuerda en una entrevista en The Wall Street Journal (WSJ).
“No anticipé el colapso del sistema financiero. Simplemente no vi lo que se venía encima. Jamás podía pensar que los bancos solo sobrevivirían gracias a la inyección de capital público. Desde entonces tuve que luchar a contracorriente. Me costó tres años y 17 días recuperar las pérdidas en las que incurrí en apenas 16 semanas”, recuerda en una entrevista en The Wall Street Journal (WSJ).
La gestora es pionera en el uso de las matemáticas para invertir
La historia de Griffin (Daytona Beach, Florida, 1968) es la de una persona con una carrera precoz y una mente privilegiada para hacer dinero. Su relación con los mercados financieros comenzó a los 19 años. Estudiaba en Harvard e instaló una antena parabólica en su habitación para seguir la Bolsa e invertir en bonos convertibles. Poco a poco se hizo un nombre en el parqué y al terminar sus estudios, y tras rechazar una oferta de un gran banco de inversión, optó por fundar su propia firma. Citadel arrancó en 1990 con solo cuatro millones en activos y estableció su sede en Chicago, ciudad donde continúa operando a pesar de los cantos de sirena para mudarse a Wall Street. Poco tardó la gestora en hacerse un hueco en el hipercompetitivo negocio de los hedge funds gracias a su apuesta por la deuda de compañías al borde de la quiebra o activos distressed.
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