¿Cómo afecta la volatilidad a los mercados emergentes?
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Los precios del petróleo han repuntado un poco, pero los productores siguen tambaleándose por la caída en los precios del crudo el año pasado.
La compañía petrolera estatal de Malasia está despidiendo
trabajadores. Petrobras, el gigante petrolero en problemas de Brasil,
consiguió recientemente un préstamo de 10,000 millones de dólares del
Banco de Desarrollo de China para ayudarse a pagar bonos por vencer.
El director de Petróleos Mexicanos (Pemex), la empresa
productiva del Estado, dijo que la compañía enfrenta una “crisis de
liquidez”.
Los problemas en estas compañías subrayan preocupaciones más
amplias en torno a la carga de la deuda corporativa en mercados
emergentes.
Una inquietud en particular para las compañías enfocadas en los
recursos es el creciente costo del servicio de las deudas en dólares en
que incurrieron cuando el dólar estaba mucho más débil de lo que es
ahora.
Los préstamos en dólares a corto plazo que deben
ser pagados con declinantes ingresos en divisas figuraron
prominentemente en las pasadas crisis de mercados emergentes, pero la
preocupación en torno al papel de los créditos en dólares en el ciclo
actual es diferente.
Las cantidades son asombrosas. La deuda corporativa en 12 mercados
emergentes entre grandes y medianos se elevó de alrededor del 60 por
ciento del PIB en 2008 a más del 100 por ciento en 2015, según el Banco
de Pagos Internacionales.
Los lugares que experimentan una rápida acumulación de
deuda a menudo subsecuentemente soportan una desaceleración pronunciada
en el PIB.
Un cambio extra es que durante un tiempo las grandes compañías de
mercados emergentes pudieron pedir prestado libremente en dólares. Para
mediados del año pasado, la cifra de préstamos en dólares a deudores no
bancarios en mercados emergentes, que incluyen a compañía y gobiernos,
había alcanzado los 3.3 billones de dólares.
En realidad, hasta recientemente, el crédito en dólares a deudores
fuera de Estados Unidos estaba creciendo mucho más rápidamente que para
los deudores dentro de ese país. El incremento más rápido de todos fue
en bonos corporativos emitidos por compañías de mercados emergentes.
Jaime Caruana, director del BPI, argumenta que un ciclo de liquidez
global _ los altibajos del endeudamiento en dólares fuera de Estados
Unidos _ ayuda a explicar la desaceleración en las economías de mercados
emergentes, el ascenso en el valor del dólar y el repentino exceso de
petróleo.
Cuando el dólar estaba débil, teoriza, y la liquidez mundial era
amplia gracias a la compra de bonos de la Tesorería por parte de la
Reserva Federal vía la llamada “relajación cuantitativa” (RC), las
compañías fuera de Estados Unidos se sentían felices de pedir prestado
en dólares, porque era mucho más barato que pedir prestado en la moneda
local.
Las entradas de capital hicieron subir los precios de los activos
locales, incluidas la monedas, haciendo parecer aún más asequible la
deuda en dólares.
En tanto el dólar permaneció débil, el ciclo de retroalimentación
del crédito barato, los precios de activos al alza y el fuerte
crecimiento del PIB pudieron continuar. Sin embargo, cuando el dólar
empezó a fortalecerse, el ciclo se revirtió.
El ascenso del dólar está vinculado a un cambio en la política
monetaria de Estados Unidos que empezó en mayo de 2013, cuando la Fed
insinuó primero que retiraría gradualmente la RC.
Cuando la compra de bonos de la Fed terminó en octubre de 2014,
allanó el camino para un aumento de tasas de interés 14 meses después.
La contracción de la política monetaria en Estados Unidos ha reducido el
apetito por correr riesgos financieros más allá de sus fronteras.
El impacto de este giro menor en el valor del dólar,
particularmente frente a monedas de mercados emergentes, ha sido
notable. Siempre que ha habido mucho endeudamiento en moneda extranjera,
el tipo de cambio se vuelve un amplificador financiero, dijo Caruana.
Mientras las compañías luchan para pagar sus deudas en dólares, los
precios de los activos en los mercados emergentes caen. Las compañías
recortan la inversión y despiden empleados. El PIB se tambalea.
Esto hace bajar aún más a las divisas de mercados emergentes en un
ciclo vicioso que es un reflejo del ciclo virtuoso durante el auge. Ya
que mucho del crédito se destinó a compañías petroleras, el resultado ha
sido un exceso de oferta, conforme los productores bombean crudo a toda
su capacidad para conseguir dólares para pagar sus deudas.
La interpretación de Caruana de los acontecimientos tiene en el
centro al endeudamiento en dólares, pero la liquidación de las monedas
de mercados emergentes obedece a algo más. Los países ricos que exportan
materias primas, incluidos Australia, Canadá y Noruega, también han
visto desplomarse sus monedas frente al dólar.
El declinante ingreso por exportaciones, como consecuencia de los
precios del petróleo y las materias primas mucho más bajos,
probablemente haya desempeñado un papel similar en la caída de otras
monedas.
Algunos analistas piensan que el problema de la deuda en dólares
está siendo exagerado. Hay países, como Chile y Turquía, donde las
deudas en dólares son grandes, pero la participación promedio de la
deuda corporativa en dólares en los mercados emergentes es de solo 10
por ciento.
Las compañías chinas representan más de una cuarta parte de los 3.3
billones de dólares en préstamos a los mercados emergentes; y, desde
agosto, cuando aumentaron los temores de que el yuan se devaluaría, han
estado intercambiando préstamos en dólares a yuanes, señala Jan Dehn de
Ashmore Group, un administrador de fondos.
Mucha de la deuda en divisas extranjeras asumida por las compañías
en todas partes fue a largo plazo: el vencimiento promedio de los bonos
emitidos el año pasado fue de más de 10 años, por ejemplo. Eso empuja al
refinanciamiento, y al riesgo asociado de incumplimiento de pagos,
mucho más hacia el futuro.
En muchos casos, la deuda en dólares es igualada por los ingresos
en dólares; aun cuando, como en el caso de los exportadores petroleros,
hayan disminuido tanto por los precios bajos. También hay pozos de
dólares en los mercados emergentes a los cuales podrían recurrir las
compañías endeudadas.
En cualquier caso, el ascenso del dólar se ha estancado debido a
las preocupaciones por la tambaleante economía de Estados Unidos y dudas
de que la Fed pueda elevar las tasas de interés de nuevo. Sin embargo,
el ciclo de los préstamos en dólares tiene implicaciones que quizá no
sean totalmente apreciadas.
Un estudio reciente de las finanzas a nivel de compañías realizado
por Valentino Bruno y Hyung Song Shih del BPI concluyó que las compañías
de mercados emergentes con fuertes hojas de balance tienen más
probabilidad de emitir bonos en dólares.
Eso va contra un principio de las finanzas corporativas, de que las
compañías pueden pedir prestado para invertir solo cuando han agotado
las fuentes internas de fondos. Sugiere que la toma de riesgos
financieros fue la motivación para endeudarse.
En promedio, entre 17 y 22 centavos de cada dólar pedido prestado
por una compañía de un mercado emergente termina como efectivo en la
hoja de balance de la empresa. Esos fondos líquidos pudieran destinarse a
depósitos bancarios o ser usados para comprar el papel comercial de
otras compañías o incluso prestarles directamente.
En otras palabras, escriben los autores, las compañías parecen
estar actuando como firmas financieras sustitutas. Como resultado, el
endeudamiento en dólares se desborda hacia las condiciones de crédito
más fáciles en los mercados internos.
Esta es una de las formas en que el ciclo de crédito en dólares
ejerce una fuerte influencia sobre el crédito general en los mercados
emergentes. El ciclo del crédito dio un giro al parecer decisivo el año
pasado. La disposición de crédito en dólares para los mercados
emergentes dejó de aumentar en el tercer trimestre, según el BPI, el
primero estancamiento desde 2009.
El crédito en dólares es mucho más difícil de conseguir que antes.
También los préstamos en monedas locales. Las condiciones del crédito
bancario en los mercados emergentes se contrajeron más en el cuatro
trimestre, según el Instituto para las Finanzas Internacionales. El
dólar quizá haya repuntado, pero, para los mercados emergentes, las
condiciones financieras herméticas probablemente perdurarán.
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