Ahorrar y ¿cómo le hago?
9:21:00
Cuando el dinero es escaso, y llega el
momento de separar gastos, entre renta, servicios como la luz, el agua,
el gas entre otros, además del pago de la insufrible tarjeta de
crédito y sobretodo el súper. Clama que con una buena orientación de
compras comestibles podrás reducir enormemente tus gastos.
Comprar algo barato, o de buen precio, no significa que comerás algo de baja calidad o poco saludable; puedes tener comidas deliciosas, y lo mejor a un presupuesto bastante razonable, de esto se trata el gasto inteligente.
Estas son algunas maneras, bastantes buenas, de ahorrar dinero sin dejar a un lado la calidad.
- Haz una lista. Suena obvio, pero ¿cuántas veces tienes una lista, pero compras de más una vez que llegas al súper? La mayoría de las veces sólo escribimos lo que sabemos nos hace falta y no pensamos en lo que realmente necesitamos, bueno pues al llegar al súper con la lista a la mitad, hace que compremos demás. Esta es la solución: tómate unos minutos y piensa en el plan de acción para resolver qué es lo que hace falta, qué se necesita y por supuesto anota un presupuesto y trata de atenerte a la lista lo más estrechamente posible, pues de esta manera, ahorras en el mínimo detalle, con llevas gran parte ganada.
- Utiliza cupones, sólo si son necesarios. Los cupones nos pueden ahorrar mucho dinero si los usamos de la manera correcta. Jamás los ocupes en algo que no necesitas, vaya no lo gastes solo por gastarlos. Normalmente los cupones suelen ser muy tentadores, pero terminarás gastando más de lo necesario, a pesar de que pensamos que recibimos una oferta buenísima. Si el artículo es una necesidad ¡ocúpalo! Si no lo es, ¡tíralo!
- Verifica los precios. Siempre es un buen hábito comprobar los precios. Normalmente tendemos a olvidar de hacer esto, ya que la etiqueta es bastante pequeña y no se alcanza a distinguir en la primera impresión, pero te sorprenderás mucho, cuando compruebes que la opción más barata, en realidad, no es como se pensaba. Hacer las compras del súper es una gran inversión, por lo que te recomiendo verificar cada etiqueta, pues todo lo que llevamos en el carrito, suma y sí es un poco de matemáticas, pero seguro que vale la pena.
- Comprar marcas. Esto es demasiado tentador, irnos por los productos de una marca con nombre, porque al final, estamos bajo la ilusión de que éstos son de mejor calidad. Pero les tengo noticias, estudios han demostrado una y otra vez, que los productos de marca no tienen ninguna diferencia en el sabor o la calidad, lo único que varía es el precio. Así que sólo porque tiene una etiqueta, no tan estética, o no estás acostumbrado a una marca diferente, no quiere decir que no lo debes comprar. Con los productos de marca, sólo estás pagando un extra por nada, entonces ¡cambia el switch!
- No vayas con hambre. Siempre es un buen consejo- nunca, pero nunca, vayas a la tienda con hambre- De acuerdo con varios estudios, han encontrado que se puede gastar hasta un 70% más cuando se tiene hambre, contrario a no tener. No sólo eso sino que es más probable que compres los alimentos equivocados, que son los antojos, y normalmente los más caros. Así que procura ir de compras después de comer, de esta manera podrás ahorrar más de lo que imaginas.
- Planea comidas después de la compra. ¿Suena como un hábito de los abuelitos, cierto? Sin embargo, la planificación de comidas extras después de las compras, puede causar un gasto extra. Si piensas preparar algo sencillo y conoces la receta, sabrás que puedes conseguir alimentos baratos, entonces está bien, pero si eres de aquellos a quienes les gusta hacer recetas un poco diferentes, tendrás que comprar ingredientes extras por lo tanto gastarás más de lo pensado. Es mucho mejor si vas por los alimentos más baratos y luego planificas las comidas alrededor de lo que compraste. Puede ser divertido encontrar recetas muy buenas e interesantes en las que seguramente podrás utilizar todo lo que compraste.
- Busca los productos en oferta. Siempre es un buen hábito. Los supermercados siempre suelen tener un estante donde colocan toda la comida u artículos en oferta. Aquellos que están cerca de su fecha de caducidad, o el empaque está dañado, abierto, pero en realidad es lo mismo, pero con un precio mucho más barato. Asegúrate de pasar por este estante y echar un vistazo para ver lo que tienen para ofrecer. Por supuesto trata de no comprar artículos que realmente no necesitas, porque así no haces ningún ahorro.
- Comprar a granel. A veces las comparas a granel se puede sentir como si se estuviera gastando de más, pero en realidad es una inversión. Por ejemplo, los rollos de papel higiénico, “compre uno y llévese el segundo a mitad de precio” Ok, está bien, pues sabes que es algo que siempre se ocupa, y se puede guardar. Este tipo de compras siempre son buenas para los artículos de necesidad, o aquellos que se ocupan a menudo. Con esto ahorrarás dinero a largo plazo. Asegúrate de no dejare seducir por las ofertas de los artículos de lujo, que suelen ser muy tentadoras, pero no ahorras nada, aunque puede parecer que sí.
- Abastécete de alimentos baratos y vesátiles. Es una muy buena opción abastecerse de alimentos que se pueden utilizar de varias maneras, tan extrañas como tan maravillosas, y de esta manera estarás ahorrando una muy buena cantidad. Por ejemplo lleva papas, porque en realidad son una de las cosas más versátiles en nuestra lista, pueden ser trituradas, fritas, hervidas, hechas croquetas, cuñas de papa, papas al horno, en fin de muchas maneras. También las lentejas, frijoles y verduras son muy buenas opciones para las comidas saludables y baratas.
- Carne libre al menos una vez al mes. La carne normalmente suele ser muy costosa. Puedes buscar muy buenas ofertas de carne en el mostrador , pero otra alternativa que en realidad es muy buena para la salud, es uno o dos días a la semana sin carne. No hay problema si ya eres vegetariano o vegano, pero para los consumidores de carne que hay por ahí, la carne es una adición masiva para su gasto semanal de compras. Hay tantas recetas deliciosas que no incluyen carne y las cuales te dejan muy satisfecho; la carne no es una necesidad como lo podríamos pensar. Existen tantas maneras, y baratas, de agregar proteína a una comida, por ejemplo, huevos, lentejas, soya entre otros.
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